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Satisfacer las numerosas exigencias, requisitos, necesidades y limitaciones de este proyecto constituye un desafío único. La historia y proyección del club de fútbol Santos y de su actual estadio, la necesidad de aumentar el aforo hasta al menos 30.000 localidades, la preservación de las características de la trampilla, la multifuncionalidad para que el proyecto sea económicamente viable, la reducida superficie de terreno para un equipamiento de estas dimensiones y el hecho de que sea reconocido como un icono de la actualidad, suman una ecuación muy compleja para el proceso de diseño.
Empezamos rompiendo un paradigma al elevar el terreno de juego a 10 m sobre el suelo, lo que liberó completamente la cancha, lo que permitió una gran fluidez para todos los accesos, los garajes, el centro comercial y la parte funcional para todos los eventos.
El aforo se resolvió mediante un complejo diseño geométrico inverso al comúnmente utilizado, donde la deformación de la grada se produce de fuera hacia dentro y con este artificio y asociado a la parábola de visibilidad 100%, conseguimos una optimización muy alta del aforo.
La forma irregular, fruto del máximo aprovechamiento, demostró tener potencial para ser explotada estéticamente, expresando su verdad. A partir de ahí, creamos una envolvente capaz de revelar toda el alma del Santos, con los ídolos que han marcado la historia del club estampados en su parte superior mediante placas metálicas microperforadas. En la parte inferior, como elemento protector de la explanada, diseñamos un brise soleil en forma de escamas, con finas láminas de fibra de carbono, que representa toda la fuerza protectora de sus aficionados. Reservamos la parte más exuberante de la celosía para el símbolo de mayor tamaño, para soportar el escudo dorado del Santos FC, que quedará eternizado como objeto de admiración.
La devoción y el amor de los aficionados del club han transformado el estadio Urbano Caldeira en una auténtica "Trampilla" ampliamente reconocida y temida. El movimiento geométrico de las gradas, la aplicación de normas con límites mínimos y el diseño preciso de la cubierta amplificarán los efectos de presión, y la nueva trampilla será aún más aterradora.