Edificio
OXI | Curitiba

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El objetivo era crear un diseño que inspirase la acción proyectual por encima de todo, ya que el edificio albergaría la sede de tres empresas de diseño, un estudio de arquitectura y dos empresas de cálculo estructural, una especializada en estructuras de hormigón y otra en estructuras metálicas. El concepto arquitectónico se basó en el uso predominante del acero, el hormigón y el vidrio, de modo que se unieran coherentemente para formar una identidad única que reflejara armoniosamente la evolución, la tradición y la transparencia, características extraídas del ADN de las empresas que tendrían allí su sede.

Debido a las características longitudinales del solar, se decidió crear dos bloques adyacentes a los límites, liberando el espacio central para la plaza de acceso de los visitantes, que comienza en la entrada desde la calle principal y termina con una columna de circulación vertical que alberga el acceso a los estudios, los garajes y la salida a la calle secundaria. Esta columna está formada por vestíbulos, escaleras y un ascensor panorámico, totalmente acristalado, que conecta los dos bloques y libera la comunicación visual entre las dos calles, manteniendo el beneficio común que aporta la gran masa vegetal procedente de la calle trasera.

Las fachadas opacas de vidrio del primer subsuelo, el voladizo frontal y las pasarelas laterales liberan al edificio de sus límites, dando la ligera sensación de que los bloques de vidrio flotan. Se revela la estructura, formada por un esqueleto metálico, cercos de vidrio, chapas de acero patinado y completada por losas de hormigón cortadas, que actúan a su vez como cercos estructurales y elementos de acabado.  

El confort térmico se acentuó con la creación de una especie de circulación exterior con rejillas en los laterales de las plantas, que permiten la apertura de las puertas y el intercambio de calor mediante el desprendimiento vertical. Estas pasarelas también sirven de apoyo al paisajismo natural que se está desarrollando. En la fachada principal, como solución de control solar, se ha instalado un sencillo sistema utilizando un elemento muy utilizado en la construcción, barras corrugadas de acero en capas que con el tiempo se irán intercalando con vegetación trepadora que se controlará para obtener la cantidad de sol deseada, en definitiva una reinterpretación de los sistemas tradicionales de protección solar, convirtiéndose en otro punto clave del proyecto. El vano central de acceso también se irá cubriendo gradualmente por una capa de vegetación que se desarrolla a través de cables de acero que atraviesan los bloques a la altura de la cubierta.

Con la fractura central entre los dos bloques, se garantizó la iluminación natural de todas las áreas de todos los pisos, marcando la entrada principal y ampliando también el número de perspectivas tanto para el interior como para el exterior del edificio, dinamizando los espacios, garantizando visuales permanentes y una fuerte relación con las calles adyacentes, aportando estética y extrema comodidad a los ambientes.

Entre las premisas iniciales no figuraba el deseo de obtener una certificación ambiental, pero no menos importante fue la voluntad de plasmar todos los conocimientos de sostenibilidad adquiridos a lo largo de los años por el autor del proyecto y sus colaboradores. Cada elemento del proyecto fue cuidadosamente estudiado para llegar a un conjunto lo más cercano posible a la ecología, donde se aprovecharan de forma honesta los elementos naturales, se evitara el uso de contaminantes y la generación de residuos, además de la absoluta apuesta por la reducción del mantenimiento recurrente, utilizando predominantemente materiales que ganan personalidad y vida a medida que envejecen.

El trabajo fue incansable para que, con la consolidación física del proyecto, se viera claramente el desarrollo del concepto imaginario hasta alcanzar los objetivos con absoluto respeto a la intervención del espacio.

Ficha de datos

Edificio OXI | Curitiba

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